lunes, 18 de diciembre de 2017

DESOBEDIENCIA, RESISTENCIA Y REPÚBLICA

A sólo tres días de las elecciones impuestas en Catalunya que jamás deberían haber sido aceptadas por el independentismo por carecer de legitimidad, por no suponer solución alguna, porque ya se ganaron hace dos años y en el referéndum, además de por el serio riesgo de pucherazo; pues si de algo sabe el Estado demostrándolo incontables veces, es de guerra sucia. A parte de todos los votos que los fachas compran de una forma u otra, los ancianos seniles a quienes llevan a votar yéndolos a buscar a la residencia, etc. Esta gentuza no entiende de escrúpulos y jugar a sus reglas, aceptar su legalidad ilegítima, es todo lo contrario a construir la república catalana o cualquier proyecto revolucionario. ¿De qué sirve hablar de desobediencia como la CUP si luego no impulsan, salvo contadas excepciones, una desobediencia combativa en las calles y acatan las elecciones del 155? Empezaron diciendo que el 21D organizarían una “paellada insumisa” para poco después participar en esta farsa sin hablar claro. En las pasadas elecciones no quedó otra que pedir el voto para la CUP dado que se planteaban como un referéndum, pero en vista de sus promesas incumplidas y de no haber estado a la altura en momentos clave, esta vez no merecen el voto. Aún en el caso de que ganaran, si van a actuar como lo han hecho hasta la fecha, la república seguiría lejana y apenas habría resistencia ante la opresión.

Principalmente hubo dos fechas en las que nos jugábamos mucho en las que la CUP actuó igual que ERC o el PdeCAT o muy poco más allá. Una fue cuando encarcelaron a los Jordis. Era el momento de dar una respuesta contundente, de dejar claro al Estado que encarcelar no le iba a salir barato. Sin embargo llamaron a poco más que a encartelar, dar paseos con velas, poner lazos amarillos, a las caceroladas y a una huelga poco combativa. Ahora saldrá el típico, como siempre, que me dirá: -¿Y qué quieres, que nos echemos al monte con fusiles? Como si entre eso y dar golpes a una cazuela, no hubiera un amplio abanico de posibilidades, incluso dentro de la resistencia pacífica, que hagan más daño al Estado que dar golpes a una cazuela mientras, además, los nazis y demás facherío andaban dando palizas por las calles amparados por el Estado. La CUP tampoco llamó a organizar la autodefensa antifascista. ¡Hasta los hippies que plantaban cara a la invasión de Vietnam eran más contundentes! Ante semejante respuesta, el Estado lo ha seguido teniendo muy fácil para encarcelar a medio Govern.

La otra fue cuando en el Parlament, tras las insultantes vacilaciones de Puigdemont y compañía ante las que la CUP debería haber sido menos tolerante, se declaró una independencia que no estaban dispuestos a llevar a los hechos. La CUP también sabía eso hace tiempo y no avisaron sin medias tintas, total, ellos tampoco estaban dispuestos a promover lo necesario para que así fuera. Repito, salvo contadas y honrosas excepciones, pues dentro de las miles de militantes de la CUP, sí ha habido algunos y no precisamente los más conocidos, que han intentado impulsar una resistencia más seria. Desgraciadamente no muchas, de lo contrario no estaría así de mal el asunto. Tras declararse la independencia era el momento de tomar el territorio, lugares estratéticos, etc, como tantos estaban esperando pero fueron desmovilizados por los partidos y las entidades como ANC y Òmnium que siempre pintaron la independencia como una “revolución de las sonrisas” y un paseo tranquilo-festivo. No llamaron a hacer efectiva la república, a poner en práctica esa desobediencia de la que siempre hablan. Al final, como tantas cosas más, se acaba quedando en una consigna a la que le falta contenido y hechos.

Unos (ERC y PdeCAT) con la excusa de que podía haber muertos, como si el 1 de Octubre con más de 1.000 heridos, un hombre con un ojo mutilado por una bala de goma y casi un muerto infartado a golpes, no los pudiera haber habido. Otros (CUP) no dan explicaciones o vienen con el cuento de que “no estaban dadas las condiciones” como decía, entre otros, su gurú trotskista Joan Manel Busqueta en una charla reciente en la que también como la burguesía catalana, utilizaba a los “muertos” para justificar el inmovilismo tras la declaración. Todo ello con una camiseta de Karl Marx. Si los marxistas hubieran actuado igual que él, frenando luchas por ciertos riesgos, jamás hubiera habido revoluciones socialistas ni siquiera importantes conquistas en cuanto a derechos y libertades. ¡Qué ejemplo tan claro de revisionismo! La misma excusa que los mencheviques utilizaban para frenar las luchas que los bolcheviques impulsaban. Las condiciones sí estaban dadas para, al menos, oponer más resistencia y había muchas personas que estaban esperando a hacerlo, era el momento con más movilización en las calles y había que aprovecharlo tras la declaración. Pero declararon la independencia como quien dice que va a tomarse un café. Para hacer mucho más sí estaban dadas las condiciones y es lo que sin vergüenza niegan algunos. Conozco bien la situación y no hago castillos en el aire, para otras cosas aún no están dadas, pero en todo caso habrá que hablar claro para crear esa conciencia y que maduren las condiciones, cosa que no hace la CUP.

Leo artículos de los sectores más cañeros del independentismo, algunos poco tienen de izquierdas y manda narices que hablen más claro que la CUP en cuanto a lo necesario para hacer efectiva la república. Lo que está claro es que por este camino no habrá república y ERC-PdeCAT aún esperan que la UE los salve, pero la CUP aún tiene más culpa porque sabe que no será así. La libertad tiene un precio y unos riesgos, siempre ha sido así y la CUP pretendía también pintarlo como una fiesta con el mambo. ¿Es que acaso alguna vez ha habido cambios profundos sin que un enemigo fascista pudiera poner muertos o heridos? Pero hasta hace nada y algunos aún se niegan, no han llamado fascista al Estado y creían que esto era una democracia imperfecta. Quienes estamos al borde de entrar años en la cárcel por hablar claro y luchar o quienes ya están dentro, no vemos mambo festivo alguno en la represión. Sabemos que es dura pero que es el precio a pagar por organizar una resistencia seria que vaya más allá de golpear a una cazuela. Si el mambo no ha traído la república ni la traerá, que hagan autocrítica o al menos tengan la decencia de no ir de revolucionarios o de utilizar consignas como “sin miedo”. Aún recuerdo al fanático del pacifismo David Fernández y miembro más conocido de la CUP que cada día se parece más a Joan Tardà, decir antes del referéndum que el Estado español no podía permitirse de cara a Europa la imagen de golpear y saquear urnas. ¿Qué condiciones van a crear si no hablan claro? Ahora mismo tienen en común con los otros partidos independentistas, que han frenado y están frenando hasta la resistencia pacífica más decidida.


Como también decía Busqueta de la CUP ante la propuesta de un hombre que como tantos otros, planteaba la necesidad de tomar el aeropuerto: “No podemos exponer a la gente a que sea golpeada”. Como si el día del referéndum la policía nos hubiera dado besitos y no nos hubiéramos jugado la integridad física y hasta la vida porque casi hubo un muerto y un porrazo o balazo de goma en la cabeza puede matar, para realizar un referéndum que se han pasado por el forro sin hacer todo lo posible por hacer la república efectiva y aceptando unas elecciones que quitan legitimidad a la victoria del 1 de Octubre. ¿Y nos piden que les votemos? ¿Para qué, para seguir siendo una autonomía sometida que acata elecciones impuestas por el fascismo entre otras imposiciones? 

Sin duda ahora es fundamental fortalecer los Comités de Defensa de la República para intentar impulsar y hacer lo que no han hecho los partidos. Habrá muchos que digan que no votar no beneficia a la independencia. No, lo que frena la independencia es esta actitud de los partidos independentistas que desgraciadamente no merece ser votada.