Cuando el presidente Puigdemont dijo que en Septiembre del
2017 habrá referéndum “sí o sí”, su credibilidad dejaba demasiado que desear.
Primero porque seguía hablando de referéndum pactado el Estado, cosa imposible
y ellos lo saben, basta tener unas nociones básicas sobre el Estado español o
escuchar las declaraciones de sus representantes. Entonces cuando hablan de un
posible “referéndum pactado con diálogo” están tomando el pelo. Segundo porque Junts
pel sí ha incumplido su programa electoral en el que prometían una declaración
de independencia si había mayoría parlamentaria y han alargado más los plazos,
ganando tiempo para seguir mareando la perdiz. Tercero porque viendo su
proceder, dudo que se arriesguen el pellejo organizando un referéndum
vinculante (valga la redundancia) en el que de ganar el sí a la independencia,
deberían declararla. Tal vez el referéndum se organice, pero sin declaración de
independencia sería otro 9N.
Con una mayoría parlamentaria independentista hay
legitimidad de sobras para declarar la independencia, por eso el referéndum no
es necesario y encima es un serio riesgo si sale mal y se pierde. El ridículo
sería tan grande que en los despachos del CNI y de la Moncloa estarían hasta
desayunando cava catalán. Por eso no es comprensible el papel de la CUP
tragando con el referéndum de Septiembre (al principio la ANC lo planteaba para
Primavera) sin recordar que ya hay legitimidad para declarar la independencia,
otra cosa es que no se atrevan. Cuando muchos votamos a la CUP lo hicimos para
que acelerara las cosas, para que fuera presión y denuncia ante la burguesía
“independentista” vacilante. No para que hiciera seguidismo ante la estafa de
Junts pel sí con los plazos de la hoja de ruta. Cómo no recordar ante estos
despropósitos las declaraciones de un destacado miembro de la CUP que aseguraba
que “el proceso es el mayor fraude de la política catalana”.
¿Cómo puede ser que Santiago Espot, militante
independentista de la burguesía catalana (Catalunya Acció), hable más claro que
la inmensa mayoría de la CUP que se pretende revolucionaria? Escucho y leo
entrevistas o artículos de Santiago y menciona cosas básicas para conquistar la
independencia como el control de las fronteras, el enfrentamiento con el Estado
español, avisar al pueblo de que serán necesarios más que paseos festivos como
el de la Diada, etc. Además, dice lo que calla la CUP: que ya hay legitimidad
para declarar la independencia. Marx explicaba que cuando la burguesía es
revolucionaria hay que reconocérselo y aunque sólo sea en la cuestión independentista,
Santiago lo es. Los comunistas chinos se unieron a la burguesía china
nacionalista frente al invasor japonés, por ejemplo. Tenemos el ejemplo más
cercano de alguna burguesía progresista que apoyó el Frente Popular que
conquistó la Amnistía total e importantes derechos y libertades para la clase
obrera. No me cabe duda que si toda la burguesía “independentista” fuera como
Santiago Espot, la declaración de independencia ya se habría hecho y se le
habría montado un problema muy gordo al Estado español. En ese sentido, cuando
la CUP habla de desobediencia lo hace en términos demasiado abstractos sin
concretar y sin preparar al pueblo para la que se puede venir encima en caso de
declarar la independencia, que tal como están las cosas, dudo que se llegue a
ese ansiado momento.
Como dice Santiago: están tratando a los votantes
independentistas como si fueran niños vendiéndoles caminos fáciles mientras
incumplen promesas. Hacer creer al pueblo que la independencia será una suma de
paseos lúdico-festivos, es tomar el pelo y así debe denunciarse. Siguen
haciendo el ridículo cuando hablan de diálogo con un Estado que sólo ofrece
represión y que si ha perseguido el 9N, es evidente que no tolerará un
referéndum más serio, la duda ofende. Pues a estas alturas siguen con el cuento
del diálogo y del referéndum pactado, normal que pese a la manipulación cada
vez más independentistas estén hartos de esos políticos cobardes. Ojalá
inhabiliten a Forcadell y se aceleren las cosas, viéndose obligados a
desobedecer un paso más, porque esto es insoportable. Pero el Estado español,
pese a la bestia que es, está siendo inteligente cuando mide con suma cautela
los pasos represivos. Sabe que de momento no ha sido necesaria la suspensión de
la autonomía o la inhabilitación de la presidenta del Parlament porque lo están
atrasando todo y no caminan firmes. De haber habido una declaración de
independencia, otro gallo cantaría.
Olvidan que las masas aprenden por experiencia y que si
quedan como farsantes sin acabar declarando la independencia, incluso aquellos
que creen o creían que bastaba con salir el 11 S de paseo, los van a señalar
como traidores. Cosa que la CUP debería estar haciendo ya en mayor medida. Está
bien desobedecer negándose a descolgar una estelada, pero declarar la
independencia es una desobediencia mucho más seria sobre la que apenas se
habla. Los meses vuelan y no queda tanto para Septiembre, eso en caso de que no
vuelvan a aplazar el referéndum innecesario o ni se haga, veremos si al menos
se vuelcan de verdad para ganarlo. Por razones obvias a más de un político
“independentista” le interesa perderlo para no verse en la obligación de
declarar la independencia y entonces sí, enfrentarse al Estado español sin caer
en el maldito “processisme”.