jueves, 2 de febrero de 2017

LA DISTRACCIÓN DE TRUMP

Desde Podemos a C’s, del País a 13TV, todos se ponen de acuerdo en dejar a Trump como el diablo y a Obama como un buen tipo. Pretenden hacernos olvidar que hace escasos meses y bajo el mandato de Obama, se batieron récords en cuanto a asesinatos de negros pobres a manos de la policía. También que con su querido Barack, USA ha participado en 7 guerras imperialistas, más que con Bush. Pero no pasa nada, en la era del marketing cuenta lo que sonríe el candidato mientras miente, no los países que masacra. Nosotros podemos decir que Trump es un criminal, faltaría más, pero la mayoría de quienes lo critican están apoyando a criminales iguales o peores, ese es el problema. Uno de estos era Obama y la conocida como Killary Clinton, que pretendía ocupar su puesto con una postura mucho más belicista que Trump y que buscaba un enfrentamiento abierto con Rusia. Los mismos que repiten un “no a la guerra” abstracto, luego lavan la cara al Obama de las 7 guerras imperialistas y se lamentan de que Clinton no haya ganado, como si alejarnos un poco de la tercera guerra mundial fuera una pésima noticia. Con menudos “pacifistas” hemos topado.

No hace falta ser un lumbreras, y así lo saben los millones y millones de estadounidenses que no han participado en la farsa electoral, para darse cuenta de que apenas hay diferencias entre un presidente y otro, pues ambos son firmes defensores del capitalismo que esclaviza a la clase obrera. A parte de las ya citadas diferencias en el plano internacional, Trump aboga por un proteccionismo económico que se traduce en poner fin a tratados de libre comercio como el TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones) al que también se oponía la izquierda del capital que lava la sangre a Obama y a Clinton, qué casualidad. Los comunistas también nos oponemos al tratado, pero no lavando la cara al Obama que lo defendía. Sin embargo los medios burgueses y sus títeres podemitas, los están pintando como dos polos opuestos y cosas que hace Trump y que también hacía Obama, se las critican sólo a Trump. Como por ejemplo el apoyo que ambos han dado a Arabia Saudí para masacrar Yemen. El otro día La Sexta ponía el grito en el cielo por los terribles bombardeos de hace un par de días, cuando ya hace dos años que empezaron, pero ahora pueden culpar a Trump. Si los récords de negros asesinados a manos de la policía fueran con Trump, dirían que es Hitler. Pero cuando sucedía con Obama estaban más ocupados diciendo que era un tío enrollado que montaba fiestas con actores en la Casa Blanca y que su mujer iba con vestidos muy modernos. Lo mismo sucede con los inmigrantes deportados: Obama ha sido el presidente que más ha deportado, muchos más que Bush. Pero si Trump habla de deportar, es titular en todos los periódicos.

Han encontrado en él a alguien a quien linchar para ir de demócratas, aunque su crítica estrella sobre el muro en la frontera con México tenga una hipocresía que también bate récords. Ya hay un muro, Trump pretende ampliarlo. Pero la inmensa mayoría de los que van de progres criticándolo, luego apoyan las políticas criminales de la UE con los “refugiados” a los que tiene en lugares iguales o peores que los campos de concentración nazis, apoyan a la OTAN que masacra sus países obligándolos a huir o callan la barbarie que suponen las cuchillas en las vallas de Ceuta y Melilla. Cabe recordar que aquí hace nada la Guardia Civil asesinó a al menos 15 inmigrantes (otros cuerpos no han sido encontrados) a balazos de goma hasta que se ahogaron. Si hubiera pasado con Trump todos los canales lo llamarían nazi, como pasó aquí, lo reducen a una anécdota sin importancia.

Con la tortura sucede lo mismo: Trump no oculta que está a favor de esta. Claro que es grave, pero peor es decir que no se tortura y torturar como se hizo con Obama o se hace aquí. ¿Acaso Obama cerró Guantánamo y su policía repartía abrazos? Los mentirosos profesionales conocidos como tertulianos no dicen que al Estado español hasta la UE le ha llamado la atención por las numerosas torturas que además ni se investigan y se tapan. El enemigo, cuantas menos máscaras se ponga, mejor. Y eso le reprochan a Trump: que maquille menos la barbarie. Porque a parte de con el terror, el sistema se sostiene con la ignorancia y no conviene que se sepa que se tortura. Hablan de su machismo como si la mujer obrera fuera a estar más explotada con Trump que con Obama, cuando su situación será idéntica. Como si el feminismo de Clinton fuera mejor, que se lo cuenten a tantas mujeres sirias que han tenido que sufrir a los yihadistas “rebeldes moderados” por la ayuda que los yanquis les han dado para intentar tomar el control de Siria. Pero eso qué importa a los medios y al progrerío, a los que sólo importa que Clinton es una mujer, como si sus bombas fueran a caer con más dulzura por ello o la espalda les doliera menos a las mujeres que se la parten en trabajos de mierda. Este es el nivel de la izquierda del capital que siempre baila al son de los medios de manipulación.


Pero principalmente utilizan a Trump para distraer, para que nos creamos que aquí estamos mejor. Que yo sepa, quien nos condena a prisión por opinar es la Audiencia Nacional y no Trump. Hasta en USA los artistas tienen más libertad de expresión que aquí. El caso es entretener, cuando no es con Venezuela, es con Putin y si no, con Trump. Así se ha llegado al ridículo de que haya manifestaciones contra Trump en el Estado español y no contra la escandalosa subida de la luz, por ejemplo. Qué duda cabe de que Trump es nefasto para la clase obrera estadounidense y para la de todo el globo, pero lo va a tener difícil para superar el terrible legado de Obama al que seguro que Clinton hubiera sumado muchos más asesinados y probablemente, la tercera guerra mundial. Pretenden vendernos que hay un imperialismo bueno y que la clase obrera estadounidense sufre menos si se decora más la barbarie. Al final, lo que también pretenden es ocultar que hay mucha vida más allá de esos candidatos, porque las elecciones burguesas se resumen en votar a una mierda u otra. Vamos a tener Trump hasta en la sopa, los medios seguirán bombardeando con noticias de todo tipo: desde el tinte de su pelo hasta la marca de bragas de su mujer. Todo vale para distraer al personal, no fuera que recuerde que aquí tenemos una situación catastrófica a la que hay que poner fin y se vaya a por los responsables de esta.