Más
vale llegar a unos pocos con la verdad, pues ya serán muchos un día, que llegar
a millones con la mentira como Podemos o Syriza. Con lo primero hay sólidos
cimientos para empezar a construir, con lo segundo sólo humo que se desvanece y
que no sirve para construir nada. Mintiendo al pueblo sólo se retrasa aún más
la Revolución y encima es una frivolidad intolerable jugar con las ilusiones de
tantas personas desesperadas. Prometiendo salidas fáciles a la par que
imposibles, se ganan votos, votos inútiles porque ni siquiera pueden conquistar
importantes migajas y eso sirve para todo menos para elevar la conciencia de
las clases populares, que es el deber de cualquier revolucionaria.
Dicen
que llegamos a cuatro y no es así. Pero es que aunque llegáramos a cuatro, más
vale llegar a cuatro con la verdad que a millones con la mentira. Por esa regla
de tres promoveríamos los discos de Bustamante y no las citas de Bertolt Brecht
porque el primero llega a millones y el segundo a muchísimos menos aunque sea comunista.
El mismo Bertolt decía en referencia a los politicuchos, que quienes conocen la
realidad y la callan, son unos criminales. Encaja perfectamente con los Anguita
de turno silenciando las torturas, condenas eternas y asesinatos de comunistas
por parte del Estado cuya Constitución tanto ha defendido o con Pablo Iglesias
justificando los recortes y privatizaciones del gobierno griego. Estos
oportunistas disfrazados de marxistas luego tienen la poca vergüenza de decir
admirar al Lenin que tanto los combatió o revoluciones, que como la que trajo
la URSS, empezaron con cuatro. Cuatro pero con la línea revolucionaria
correcta. Ya decía Mao, que supo mucho de esto porque siendo muy pocos fueron
concienciando a un país de cientos de millones de personas, que cuando la línea
del Partido comunista es correcta, si no se tienen combatientes al principio
por las dificultades a las que se enfrenta, se tendrán. Así ha sido en todas
las revoluciones socialistas en las que unos pocos han creado el germen. Los
bolcheviques años antes de la Revolución eran incluso sólo tres en ciudades
inmensas. Pero tres dispuestos al mayor de los sacrificios por organizar las
luchas. Jugándose torturas, exilio, cárcel o el mismo asesinato, lo mismo que
han soportado aquí los militantes del PCE (r).
Estos
oportunistas tienen la falta de escrúpulos de poner como ejemplo a la URSS, la
revolución china o la cubana, insultando al modo de organización que tuvieron
los revolucionarios que las organizaron y que empezaron siendo cuatro pero con
una línea revolucionaria y no siendo apéndices de los opresores como Podemos,
IU o Syriza. Renuncian al partido comunista porque no cabe en su comodidad
jugarse algo por militar o simplemente por apoyarlo, quieren cambios sosegados.
Cambios que por otra parte jamás llegarán por esos cauces, en todo caso cambios
para que todo siga igual. Pero también renuncian a la función educadora del
Partido comunista porque no quieren inculcar a las masas principios
revolucionarios sino moverlas al precio que sea. Para ellos el movimiento lo es
todo, aunque no camine hacia una meta concreta que sí pueda traer importantes
conquistas en cuanto a derechos y libertades. ¿Que ahora las masas no apoyan al
partido comunista? Pues en vez de fortalecerlo o apoyarlo para que así sea un
día, lo desprecian. No ponen los medios para elevar la conciencia y acercarlas
al Partido, esa es la esencia del oportunismo disfrazado de marxismo. Vamos, no
lo digo yo, fueron los clásicos marxistas quienes sentaron las bases que estos
quieren pasarse por el forro tergiversando su mensaje. Algunos dicen que
Podemos no es suficiente pero que hay que apoyarlo. Pues si según ellos no es
suficiente, ¿por qué no apoyan algo a parte? ¿Por qué desprecian la labor de
los comunistas llamándonos sectarios por no vender humo y no unirnos con
quienes llevan a Guardias Civiles que justifican balas de goma en sus listas
como Podemos? Es una contradicción insostenible decir que con Podemos no basta
para derrotar al capitalismo pero luego no fortalecer la organización comunista imprescindible para acabar con este.
Repiten
las mentiras de la burguesía que siempre ha llamado sectarios a los comunistas.
Si tan sectarios son los militantes del PCE (r) que no pueden ganarse a las
masas, ¿por qué el Estado los encierra 11 años? Si supuestamente llegamos a tan
pocos quienes denunciamos el oportunismo, ¿por qué los oportunistas nos prestan
tanta atención? Será que saben que contamos con la razón y que hacer avanzar la
razón con tantos obstáculos (entre estos su oportunismo), es difícil al
principio, pero que al final siempre acaba venciendo. Será que no soportan ver
consecuencia en otros y que se está muy cómodo acatando la legalidad fascista. Para
colmo se atreven a decir que nos alegramos del fracaso de Syriza en Grecia, hay
que ser cínicos. Ojalá votando a Syriza o a Podemos se pudieran conquistar
importantes reformas que mejoraran notablemente el nivel de vida de la clase
trabajadora o donde los comunistas tuviéramos más libertades. Seríamos los
primeros que iríamos a votarlos. Pero como sabemos que no es así, nuestro deber
es avisar, faltaría más. Es como si una persona nos dice que intentará volar y
le decimos que es imposible, que se estrellará contra el suelo. Que esta
persona se lanzara al vacío y una vez muerta, le explicáramos a la gente que no
se puede volar con los brazos y que ya le avisamos. Según la lógica de los
oportunistas, nos estaríamos alegrando.
Sectarios
son en todo caso los que siguen despreciando la labor de vanguardia de los
comunistas avisando de que las ilusiones ciegas son cosa de religiones, valga
la paradoja, disfrazados de marxistas. Sectarios son los que desprecian todo lo
que vaya más allá del reformismo y quienes reniegan de los principios
revolucionarios imprescindibles sobre los que empezar a construir algo sólido. El
humo se desvanece, como el gas lacrimógeno que la policía de Syriza lanzó a los
que se manifestaban hartos de tanta estafa. Para construir hacen falta unos
cimientos fuertes y eso es el Partido comunista, no llevar la rabia a unas
urnas donde no hay espacio para quienes no queremos maquillar al sistema. Es lo
que los oportunistas no soportan porque no están dispuestos a los esfuerzos que
requiere construir algo sólido, lo quieren todo rápido y corriendo, masas al
instante a las que llevar a votar a partidos totalmente domesticados por el
capital y que son recompensados cobrando por ello. Desde luego así no se ha
organizado jamás Revolución seria alguna. Que al menos tengan el detalle de
llamar también a Marx, a Engels, a Lenin, a Stalin, a Mao, al Che, etc,
“sectarios”, porque su modo de proceder fue empezar siendo cuatro sin dejarse
llevar por el oportunismo que los llamaba sectarios y dogmáticos por caminar
hacia el Socialismo.